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El altar de graz

 

La muerte como imagen, la muerte como icono, la muerte como sombra de la vida, la muerte como personaje, la muerte como tema, la muerte como calavera, la muerte como esqueleto ha sido una constante en las expresiones artísticas que a lo largo de su corta, pero intensa vida kunst ohne grenzen ha visto desfilar en sus variadas manifestaciones. Hasta que llegó para quedarse y asumir el rol que le corresponde como protagonista del juego de la vida. Y así con este proyecto de la celebración del Día de Muertos su presencia y estadía se ha consolidado de la mano de cada uno de los narradores que ha participado en estos últimos tres años. Esta perceveración de la muerte y su culto se expresa muy explícitamente en el altar que conmemora a los muertos que viven la muerte y a la muerte que vive en los muertos.

Gracias a las narradoras que año con año han compartido su experiencia y que han aportado los elementos que componen el altar es que podemos afirmar que el altar de Graz, el altar de la Casa de la Literatura, es un altar de creación colectiva, una expresión visual de un sentimiento a la muerte y su omnipresencia.

Gracias Beatriz Falero, gracias Rosa María Durán, gracias Alma Rosa Rivera, gracias Gladys Corredor, gracias Monika Fadinger, gracias Margarita Paschke, gracias a los que en el anonimato aportan un objeto, un signo, un elemento para tener el altar como lo tenemos hoy.

Los cortes de tijera sobredimensionados de la catrina de José Guadalupe Posada fueron realizados por Mario López y son un regalo de la narradora Rosa María Durán. Mario López acaba de recibir el Premio Nacional de Arte Popular Mexicano el 13 de octubre de 2017.

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Der grazer totenaltar

 

Der Tod als Bild, der Tod als Ikone, der Tod als Schatten, der Tod als Charakter, der Tod als Thema, der Tod als Totenkopf, der Tod als Skelett - bildet eine Konstante in den künstlerischen Darbietungen, die kunst ohne grenzen bis heute in seinem kurzen, aber intensiven Leben in unterschiedlichen Ausformungen an sich vorbeischreiten sah. Bis er kam um zu bleiben und um die Rolle einzunehmen, die ihm als Protagonist im Spiel des Lebens gebührt.

Mit diesem Projekt der Totenfeier hat sich seine Gegenwart und sein Bleiben durch die Mitwirkung jedes einzelnen Erzählers, der in diesen drei Jahren mitgewirkt hat, verfestigt. Dieses Festhalten am Tod und seinem Kult zeigt sich deutlich am Altar, der an die Toten erinnert, die den Tod erleben und an den Tod, der in den Toten lebt. Dank der Erzählerinnen, die Jahr für Jahr ihre Erfahrungen geteilt und Objekte hinterlassen haben, die den Altar zusammensetzen, wird ersichtlich, dass der Altar von Graz, der Altar des Literaturhauses, ein kollektiv gestalteter Altar ist - ein visueller Ausdruck einer Einstellung zum Tod und eines Bewusstseins seiner Allgegenwart.

Danke, Beatriz Falero, Rosa María Durán, Alma Rosa Rivera, Gladys Corredor, Monika Fadinger, Margarita Paschke. Dank an all jene, die nicht genannt diesem Altar, den wir heute sehen, ein Objekt, ein Zeichen, ein Element beigesteuert haben.

Die überdimensionalen Scherenschnitte der Catrina von José Guadalupe Posada wurden von Mario López gefertigt und sind ein Geschenk der Erzählerin Rosa María Durán. Mario López wurde am 13. Oktober 2017 der Staatspreis für mexikanische Volkskunst verliehen.

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